sábado, 8 de octubre de 2011

Padrenuestro

Persona: Padre Nuestro que estás en los cielos Dios: ¿¡Si!? Persona: ¡No me interrumpas Señor que estoy orando! Dios: Pero... me llasmaste. Persona: ¿Llamarte? Yo no te llamé. Solo estoy orando... Padre Nuestro que está en los cielos... Dios: ¿Ves? Lo hiciste de nuevo. Persona: ¿Hice qué? Dios: Me llamaste. Vos dijiste “Padre nuestro que estas en los cielos”, y acá estoy yo. ¿En qué estabas pensando? Persona: Pero yo no quería decir nada con eso,¿sabés? Estaba haciendo las oraciones del día. Siempre hago la oración del Padre nuestro, me hace sentir bien, como la sensación de cumplir una tarea Dios: Bueno. Seguí. Persona: Santificado sea tu nombre. Dios: Esperá un poco ¿qué querés decir con eso? Persona: ¿Con qué? Dios: Con “Santificado sea tu nombre” Persona: Quiere decir... quiere... decir, ¡yo que sé!, no sé lo que quiere decir, ¿cómo lo voy a saber? Solo sé que es una parte de la oración. De paso, ¿qué quiere decir? Dios: Quiere decir, amado, santo, glorioso Persona: Ah!!!... (pensativa) Claro! Tiene sentido!..., nunca antes había pensado lo que santificado quería decir... Bueno, sigo: Venga a tu reino, se haga tu voluntad así en la tierra como en el cielo Dios: ¿Es cierto lo que querés decir? Persona: ¡Claro! ¿Por qué no? Dios: ¿Y qué vas a hacer al respecto? Persona: ¿Hacer? Nada. ¿Qué puedo hacer yo? Al que le estoy pidiendo que haga algo es a vos. Estaría bueno si controlaras todo acá abajo como lo hacés allá arriba. Dios: Ah, si? Persona: Si! Dios: Y... decime, ¿Tengo control sobre vos? Persona: Bueno, yo voy a la Iglesia. (como justificándose) Dios: No es lo que te pregunté. ¿Qué me decís de tus deseos, envidias, tu temperamento, de tu forma egoísta de gastar la plata y de los sitios de internet que visitás? Persona: ¡Un momento! ¡Yo soy tanto o más bueno que los hipócritas de la iglesia! Dios: Pensé que estabas orando para que mi voluntad sea hecha, y si eso tiene que suceder tendré que comenzar por los que oran como vos pidiendo que mi voluntad sea hecha. Persona: ¡Está bien! Reconozco que tengo algunos problemas. Y... a decir verdad, más de los que mencionaste recién. Tengo que cortar con estas cosas, no? Dios: .... Persona: Claro que si. Mirá lo que te preguto!!! Sabés, nunca había pensado muy seriamente en estas cosas hasta ahora, pero, pensándolo bien, la verdad que me gustaría librarme de estas cosas de las que estamos hablando. Si. Me gustaría ser libre. Dios: Perfecto! Ya estamos llegando a algo. Trabajemos juntos y así vas a conseguir las victorias que necesitás. Me siento orgullo de vos. Persona: Bueno. Buenísimo. Estemmmm.... Mirá, yo necesito terminar esta oración. Ya me esta llevando más de lo normal... El pan de cada día dánoslo hoy.... Dios: Y entonces muchas veces comés de más y eso te hace mal. Persona: (Suspira impaciente) ¡Un momento! Qué es esto? ¿El día de las críticas? Yo estaba muy bien haciendo mi deber religioso y de repente aparecés y me cortás toda la oración. Dios: Orar es algo peligroso, podés terminar cambiando, ¿sabías? Es lo que estoy intentando hacer. Me llamaste y acá estoy. Ahora es demasiado tarde para parar. Estoy interesado en la parte que viene en la oración. Seguí. Persona: Tengo miedo de hacerlo Dios: ¿Miedo de qué? Persona: Porque ya sé lo que vas a decir Dios: A ver... Persona: Bueno, y perdona nuestras ofensas y así como nosotros perdonamos a lo que nos ofenden. Dios: ¿Y qué pasa con Lara? Persona: ¿Ves? Yo sabía. Yo sabía que me la ibas a sacar en cara ¿Por qué Señor? Ella dijo mentiras de mí y me engañó con respecto a dinero y nunca me pagó la deuda que tiene conmigo. Me prometí a mi misma que me vengaría. Dios: Pero... ¿y tu oración? Persona: No es eso lo que quería decir. Dios: Pero es lo que dijiste Persona: ... (mira para arriba y se encoge los hombros) Dios: Bueno, al menos sos honesta. No es muy agradable cargar o tener un sentimiento negativo, ¿no? Persona: No, pero me sentiría mejor después que ella me las pague y yo tengo algunos planes. Se va a arrepentir de lo que me hizo. Dios: No, no te vas a sentir mejor. Te vas a sentir peor. La venganza no es nada linda. Pensá que ya te sentís infeliz con este problema. Pero yo puedo cambia todo eso. Persona: ¿Podés? ¿Cómo? Dios: Perdoná a Lara y después yo te perdono a vos. Entonces el odio y el rencor serán problemas de Lara y no tuyos. Podés perder dinero pero vas a ganar tu corazón. Persona: Pero yo no puedo perdonar a Lara Dios: Entonces yo no te puedo perdonar a vos. Persona: Tenés razón,... siempre tenés razón (actitud de aceptación, no molesta). Prefiero estar bien con vos que vengarme de mi prójimo... Bueno, la perdono y de paso guiala por el camino recto, puede ser? Ahora que pienso en el asunto, veo que su fin es miserable. Cualquiera que hace lo que ella hace debe estar confundido interiormente. Mostrale el camino correcto por favor. Dios: Muy bien! Fantástico ¿cómo te sentís ahora? Persona: Mm... bien, en realidad me siento bien, hasta parece que el perdón fue a ocupar el lugar donde estaba el rencor de Lara. Dios: Exactamente!!! Persona: Sabés?, creo que es la primera vez desde hace mucho tiempo que no voy a la cama sin estar preocupada. Dios: Todavía no terminaste la oración, seguí. Persona: Está bien, y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. Dios: Muy bien, haré exactamente lo que me pediste. Sólo te pido que no te pongas donde podrías ser tentada. Persona: ¿Qué querés decir con eso? Dios: A ver, vas a tener que cambiar algunos libros que estás leyendo, reconsiderar las páginas de internet que estás visitando, tener cuidado con ciertas influencias que te están llevando por malos caminos, y cosas como esas, entendés la idea? Persona: No del todo Dios: Yo creo que si. O, por qué me pedís perdón cuando metés la pata, entonces? Me parece que entendés lo que hacés… Persona: Y si, tenés razón Dios: Bien, terminá la oración Persona: Porque tuyo es el reino el poder y la gloria por todo los siglos Amen. Dios: ¿Sabes lo que me daría gloria? ¿Lo que realmente me haría feliz ? Persona: No, pero me gustaría saberlo. Ahora quiero obedecerte y quiero saber cuán bueno es ser seguidor tuyo. Dios: ¡Acabás de responder a la pregunta! Persona: ¿¡Si!? Dios: Exacto, lo que más me traería gloria es tener personas como vos que verdaderamente me amen y me sigan. Estoy viendo que eso está pasando entre nosotros dos. Ahora que los viejos pecados fueron limpiados y quitados del camino nadie imagina lo que podemos hacer juntos. Persona: ¡Muy bien Señor, vamos a ver lo que podemos hacer juntos!

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